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Como muchos sabréis, la nueva ley de educación (LOMCE) establece a la asignatura de música tanto en primaria como en secundaria como materia optativa. Esto quiere decir que es posible que haya niños que en toda su formación académica no tengan una sola clase de esta asignatura. Algunos dirán: “no creo, hay muchos cursos en los cuales el colegio-instituto podrá ofertarla”. Ojalá fuera así, pero es bastante complicado mantener una asignatura que precisa de un profesor muy específico pudiendo elegir otras (que además son muy parecidas en su concepción) en las que pueden disponer de profesores que ya imparten otras asignaturas. Además, en la LOE música era optativa en 3º de ESO, y no he conocido un solo centro que la impartiera.

De cualquier manera, si no hay música es porque muy probablemente la sociedad no la demanda lo suficiente. No me voy a parar a comentar los beneficios que la enseñanza de esta materia puede aportar a los estudiantes, sino que me apetece reflexionar sobre los porqués de que la sociedad demande otro tipo de educación (si es que la sociedad demanda algo):

Uno de esos motivos creo que es puramente histórico. Es decir, a lo largo de la historia reciente (y no tanto) de nuestro país no ha cuajado lo suficiente la música en nuestra identidad cultural como para considerar una aberración la eliminación práctica de esta asignatura. Se me ocurren algunos hechos:

  • El caos del siglo XIX, la llegada de Fernando VII y con él la huída de cualquier planteamiento cultural y toda influencia afrancesada, con lo que el país se quedó huérfano de una élite ilustrada. A partir de ahí, comenzó el caos político continuo: reinados, regencias, golpes de estado, república, más golpes de estado, cambio de casa reinante, una guerra carlista, otra guerra carlista, otra guerra carlista, independencia de las colonias… Un caldo de cultivo horrible para el establecimiento de cualquier poso cultural, que en cambio sí se dio en otros países de Europa, a pesar de las buenas intenciones de la institución libre de enseñanza.
  • La influencia de la generación del 98 y la falta de una intelectualidad que apoyara firmemente la música. Varios de los autores de esta generación consideraban que parte de la culpa de la decadencia española estaba en el flamenco, sobre el que giraban las borracheras y continuos altercados de las clases populares en los cafés cantantes, y los toros. Esta facción de la intelectualidad española ha dejado huella hasta nuestros días, y su consideración de la música popular ha sido un lastre durante décadas.
  • La Guerra Civil y el franquismo y con él el ostracismo de la creación y educación musical. Hubo varias generaciones de compositores sobresalientes cuya consideración era, cuanto menos, de indiferencia por parte del régimen. Esto generó una distancia aún mayor de la habitual de los compositores académicos con el público. Además, durante los años 60 cuajó en Europa el pensamiento de la escuela de Frankfurt, de la manifestación artística y cultural como medio revolucionario para el cambio social, un fenómeno que caló profundamente en la sociedades europeas en el que la música jugó un papel fundamental. Desgraciadamente esto no traspasó nuestras fronteras.

Motivos actuales

  • Obviamente la crisis económica ha supuesto un cambio en las prioridades y los valores de nuestra sociedad.
  • Condicionados por nuestra historia, carecemos de una musicología de largo recorrido como otras europeas. Teniendo en cuenta el papel tan importante de recopilación, análisis y difusión musical que ésta juega en el establecimiento de la identidad cultural de un país, el no estar históricamente asentada hace que su influencia aún sea muy limitada.
  • Otro problema importante es el mal enfoque que se le ha dado a la asignatura tradicionalmente. Me llamó la atención hace tiempo un libro de música de 1º de BUP de mi hermano que me encontré en casa. ¡Era un tocho enorme de historia de la música! Desde el gregoriano a la contemporánea, con páginas explicando el serialismo, el espectralismo… Aquello no tenía ningún sentido, principalmente porque dudo mucho que tuvieran tiempo para escuchar todo sobre lo que hablaba el libro y mucho menos para entenderlo. Obviamente para estudiar todo eso de memoria y vomitarlo en el examen no tengo duda de que estudiar otro idioma es mucho más útil.
  • El papel de “asignatura María” de música tampoco ha ayudado nada. Eso la ha llevado rápidamente al saco de “materias que distraen” de nuestro ministro de Educación. En los propios centros la desconsideración hacia esta asignatura también se ha dado con frecuencia, y precisamente por esta razón en muchas ocasiones ha sido impartida por profesores no cualificados para esta materia.
  • La falta de recursos de los centros y el acomodamiento de muchos profesores tampoco han colaborado para una aplicación profunda de las pasadas programaciones. No tener aulas adecuadas, falta de instrumentos, equipo de sonido deficiente… Y no hay que olvidarlo: los niños tienen que tocar, tienen que cantar, la música consiste principalmente en escuchar y tocar, y no solo con una orquesta de flautas al unísono tocando siempre las mismas melodías. Y hay que bailar, el movimiento y la expresión corporal son elementos fundamentales de la programación. Y la improvisación tiene que ser una herramienta imprescindible. Pues todas estas cosas, que formaban parte de los objetivos establecidos en la ley, ha habido más de uno y de dos que se lo han saltado a la torera, bien por ellos mismos, o bien por influencia de los centros. Efectivamente, si es así, una asignatura de música a base de tomar apuntes y memorizar para el examen probablemente esté mejor fuera.

Si a esto le añadimos que en la sociedad en la que vivimos se prioriza crear profesionales competitivos por encima de formar a personas… Si bien esta circunstancia la considero absolutamente deshumanizadora, creo que hay cierta estrechez de miras al no considerar que la música ayuda enormemente a crear profesionales competentes (quizá no tengo tan claro lo de competitivo, afortunadamente). En definitiva, con la actual ley de Educación, la mejora en Matemáticas, Lengua, Inglés y Economía tiene que ser tan bestial como para que dé igual:

  • Que no se trabaje de ninguna manera la expresión corporal durante la Educación Obligatoria.
  • Que no se desarrolle la capacidad de escucha atenta y analítica.
  • Que la nueva ley busque el surgimiento de emprendedores y no haya una sola asignatura obligatoria que potencie la creatividad y el pensamiento divergente.
  • Que no se utilicen materias para evitar que la inhibición y la vergüenza guíen el comportamiento social y laboral. Que en una lluvia de ideas, en el plan de cualquier empresa, la mitad no digan nada para que nadie piense que dicen estupideces. Que haya capacidad de improvisación nula.
  • Que no haya un recurso pedagógico entre las materias obligatorias que tengan como una de sus misiones principales el desarrollo de la inteligencia emocional, la auto observación de los sentimientos, la percepción y su análisis.
  • Que la sensibilidad estética sea considerada una distracción.

Pero, al final, todo lo anteriormente expuesto no tiene ninguna importancia, es sólo música. Lo verdaderamente importante es que los responsables de todo lo que pueda ocurrir somos los ciudadanos, los que decidimos a los que se encargan de legislar. Somos los que aceptamos que no haya planes de estudios con un mínimo de profundidad pedagógica más allá de ciertos intereses ideológicos. Somos los que vemos normal que cada menos de 10 años haya una nueva ley de educación elaborada y aprobada de manera unilateral… Somos los responsables. Somos los responsables de que pretendamos crear un sistema educativo en el que el trabajo de la inteligencia emocional sea importante aunque le demos ese poder a legisladores imputados por casos de corrupción o simplemente capaces de darse a la fuga cuando les multan y montar luego un circo mediático. Somos hijos de nuestra historia y esto es lo que hemos aprendido.

About José A. Funes

7 Responses to LOMCE: Una educación sin música
  1. Una buena reflexión, Jose. Estoy totalmente de acuerdo con todas tus conclusiones. Yo no aprendí nada de música en las clases, ni en EGB ni en BUP. Por lo menos, tuve la suerte que la tercera vez que hice 1ª de BUP, jaja, tuve un profesor de música que pasaba del libro y que se dedicaba a ponernos discos. Gracias a él descubrí a Jethro Tull. En el aula había un piano de pared desfinado y poco más…Un desastre.

  2. Jajaja, bueno, ha habido gente que mucho más tarde, en la ESO, ha tenido una experiencia similar a la tuya (pero sin escuchar a Jethro Tull en clase).

  3. Jose, fantástico tu blog. Me parece de una riqueza y sabiduría excelentes. Escritos como los tuyos me hacen replantearme mi labor bloguera… en serio.
    Un abrazo y ánimo con este proyecto!!

    • Muchas gracias por las palabras, Coronel, y más por ser tuyas. Tú ya tienes mucho rodaje bloguero y un estilo muy personal, así que no creo que necesites replantearte nada. De todas formas si este blog te aporta alguna idea nueva me alegro mucho. Añado tu blog mis enlaces.

      Un abrazo!

  4. Lo mismo digo… añado tu blog a mis enlaces también.

    Un abrazo y gracias a tí!!

  5. Suscribo hasta los puntos y las comas. Muy bueno y acertado.

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